sábado, 7 de febrero de 2004

Amiga Blanca

Bienvenido, Día Blanco,
día de varios obsequios,
excusa para un regalo.
Es por ello que te escribo,
no a máquina, sino a mano,
para decir lo que te aprecio
sin tapujos ni engaños.

Eres una gran amiga,
una de entre las mejores,
que no se olvida en la vida.
Has estado siempre ahí,
cuando yo lo requería,
aún cuando algún gesto mío
te haya dejado dolida.

Yo no querría ser menos
y dejarte sin mi apoyo.
No quiero ser el veneno
que acabe con tus encantos.
Sabes que te soy sincero,
y que pase lo que pase
seré tu amigo eterno.